jueves, 6 de diciembre de 2012

Superman


Es una creación del escritor Jerry Siegel y el artista canadiense Joe Shuster en 1932, cuando ambos se encontraban viviendo en Cleveland, Ohio; lo vendieron a Detective Comics, Inc. en 1938 por 130 dólares y la primera aventura del personaje fue publicada en Action Comics #1 (Junio de 1938).




Es un personaje que hoy día es ya un icono de la cultura, y/o parte de la mitología de nuestra sociedad como Hércules y Aquiles lo fueron en la Grecia clásica. Un personaje que desde su creación ha ido cambiando tanto en sus poderes como en su psicología hasta llegar a nuestros días. 

El Superman que hoy día todos conocemos sería el que acuñara el director Richard Donner en 1978, con Superman: La pelicula, protagonizada por Christopher Reeve y sus posteriores secuelas de 1980, 1983, 1987.Y que posteriormente continuaría y ampliaría John Byrne desde 1986, durante su etapa en los cómics de Superman que llevarían por nombre The Man of Steel (el Hombre de acero) y que otros a su vez continuarían después.

Cuando me propuse comprender la personalidad de Superman una de las preguntas que me asalto fue la siguiente: ¿Que hace que el ser más poderoso del universo en vez de utilizar sus increíbles

poderes para realizar su voluntad por encima de los demás, haya elegido utilizarlos de una manera altruista, para ayudar y salvar a todos los que pueda?

Para entender este curso de los acontecimientos tuve que empezar por el principio, por la infancia de Superman… Cuando cayó del espacio en el prado de Sushter y no en una ciudad llena de gente o cerca de alguna base del gobierno, cayó fuera de los ojos del mundo menos de una pareja la cual no podía tener hijos.

Los Kent una pareja sana, equilibrada y muy unida, con un estricto código moral propio del medio-oste de Estados Unidos, recibieron la llegada del bebé como un regalo “llovido del cielo” tras años y años de intentar tener hijos, era lo mas hermoso que les podía pasar y todo este agradecimiento y necesidad de amor fue volcada en su hijo adoptivo (algo muy normal en estos casos), al cual llamarían Clark. 
Marta Kent, al dar a su hijo todo el amor que pudo y de manera incondicional, provoco en él la necesidad de amar y seguir siendo amado. 
Jonathan Kent, en su función paterna fue un gran padre, marcando los limites a su hijo y haciéndole ver que abusar de sus poderes no le iba a convertir en alguien mejor o más querido, siempre le enseño lo especial y único que era, pero también que jugar al fútbol o hacer atletismo y ser el mejor (destacar) en su caso era fácil, no tenia merito, y que él estaba destinado a hacer algo mas grande.


Hay que decir que dentro de la ficción por decirlo así, los padres de Superman son padres perfectos en el sentido de cómo han criado y educado a su hijo con el hándicap de ser un súper niño e hijo adoptivo, de un pueblo exterminado… Las llamadas funciones parentales son llevadas a cabo por los Kent de una manera ejemplar:

Ø La relación matrimonial o conyugal (o vincular) entre los progenitores (a excepción de la monoparentalidad).

Ø El modelo de comportamiento que supongan los progenitores para el hijo, es decir, como son de verdad consigo mismos y con los demás. El 80 % de lo que aprenden los hijos en los primeros años es por modelación no por discurso (no por lo que se le diga o se le obligue a hacer).

Ø Que en la familia se viva un ambiente de amor incondicional y respeto entre sus miembros, pero sobre todo los hijos.

Ø Capacidad de alguno de los progenitores de contener las emociones del hijo, sobre todo las negativas y darle un buen feedback de estas para que el hijo pueda controlarlas (función empática).

Ø Una figura que le aporte valores sociales, principios éticos y objetivos en la autorrealización.

Ø Límites y normas correctamente impuestas.

Ø Incentivar su autoestima y el sentimiento de logro, siendo constructivos en las dificultades.

Ø Fomentar relaciones sanas con sus iguales.


Búsqueda de la identidad /realidad dual, En la adolescencia es cuando comienza a haber una construcción de la identidad más profunda ya que el sujeto empieza a funcionar en la realidad de una manera más independiente… dándose procesos muy complejos tanto en lo sexual como en la imagen de sí mismo y en la imagen que los demás tienen de nosotros. Además en los casos de adopción sobre todo cuando los hijos son de culturas y países diferentes se suele dar un proceso que conecta con esta etapa adolescente que trata de integrar su pasado con respecto a sus orígenes y su presente. 

Que esto se lleve a cabo de una manera positiva ayudará a formar una personalidad más estable y segura. En esta búsqueda de la identidad, Clark descubre que también es Kal – El, el último hijo de Krypton...


Jor-El de Krypton, padre biológico y el mejor científico de su civilización, envío a su único hijo a la Tierra antes de que su planeta desapareciera, porque como dijo: "Te envío a la Tierra porque te pareces a ellos, aunque no eres como ellos y por los poderes que su sol amarillo te proporcionaran"Kal-El  es el heredero de una civilización extinta, que fue poderosamente rica en tecnología, cultura y sociedad, la cual al ya no existir se recuerda aun mas idílica de lo que fue y a Kal-El, su último superviviente, su último hijo, como representante y perpetuador de este legado tan increíble.


Es muy interesante la reflexión que hace la película "The Man of Steel", 2013, respecto a la caída y extinción de este pueblo, en donde la falta de auto determinismo en sus individuos crea una sociedad poco flexible y rígida, víctima de su propia endogamia, en donde Kal-El es el primer nacido en siglos de una manera natural permitiéndole elegir quien y que quiere ser en la vida. Quizá también pueda ser una referencia al enfrentamiento ideológico entre Capitalismo y Comunismo (auto realización y determinismo por clases sociales).

"¿Qué pasaría si alguien quisiera ser diferente a como la sociedad tenía planeado para él?".


No menos importante es el lugar en donde creció, un pequeño pueblo de Kansas… 


Naturaleza, animales, vida rural, gente sencilla… dotándole de una ingenuidad e inocencia inusuales para el poder que atesora, lo que le ha hecho ganarse el apelativo de "el boy scout azul".



También las amistades que componen su círculo como Lana Lang, Jimmy Olsen, Perry White y por supuesto Lois Lane, que darían cobijo a su faceta más afectuosa y emocional. Mientras que la liga de la justicia y Sobre todo Batman lo harían en su vertiente más moral.  Personas que le mantienen conectado a la humanidad, a la amistad y al amor, ese amor  que le hace empatizar con nuestra fragilidad, pero también con nuestras fortalezas, pues no son pocas las veces que estos amigos han ayudado definitoriamente a Superman.  Debido a la riqueza de su vida social la siguiente cuestión que me surgió fue la de su identidad secreta la cual no es necesaria hasta que decide dar a conocer al mundo sus poderes, en ese sentido nos encontraríamos con tres identidades.



Clark kent de Smallville: Se podría decir que es la personalidad más integrada de Superman, pero esta no le permite mostrar sus habilidades en público, porque entonces la gente no le aceptaría como uno más, un ser ultra poderoso que intenta vivir entre nosotros podría ser visto como algo amenazante pudiendo incluso llegar a ser perseguido por el gobierno como ya paso en el cómic de “identidad secreta”, o en “flahspoint: Superman” o en el reinicio del Nuevo Universo Dc. O ser tan famoso que no tendría en absoluto vida privada… por eso durante esta época si realizaba actos superheroicos tenía que hacerlo de tal manera que no pudiera ser visto o que parecieran “accidentes” o sucesos fortuitos.


Superman /Kal-El: Es la forma en la que puede mostrarse en público con todo su potencial, pero en esta forma no podría vivir entre nosotros como uno mas, en esta forma la gente solo puede amarle y seguirle como inspiración cual dios de los hombres o temerle como un ser superior con demasiado poder, un alienígena, como diría Lex Luthor, por lo que necesita crear una nueva identidad que le permita seguir con su vida fuera de las heroicidades…

El Clark de Metrópolis: Este Clark tiene gafas, es torpe, patoso y tímido, esa es la máscara que utiliza para no ser reconocido y así poder relacionarse de igual a igual con los demás, pero sobretodo con sus seres queridos, sin ponerles en peligro, teniendo  así lo que él llama normalidad y cotidianeidad.


Esta faceta en Superman de querer vivir como una persona más sin serlo da cuenta de lo importante que es esto para él y lo que conlleva… Sus poderes le sitúan en una perspectiva fuera de la condición humana, el ser de otro planeta le crea un sentimiento de desarraigo, ni humano, ni kryptoniano, al no existir Krypton, no pertenece a ningún grupo (no en vano el lugar donde mora es llamada la Fortaleza de la Soledad)y unido a la falta de figuras que le mantengan conectado a algo, le podría hacer que adoptara un perspectiva en la que  se sintiera como un ser ajeno al mundo, desapegado de él, con lo que sus sentimientos de empatía y compasión hacia las personas no existieran pudiendo llegar a convertirse en un tirano y un déspota. Pero no os preocupéis ya que gracias a la gran labor que hizo su madre Superman necesita ser aceptado y querido…

Esto me llevaba a la pregunta del principio… y a comprender la problemática a la que se enfrenta su psique: ¿cómo poder ser humano y vivir con y como ellos, pero además, como poder ser kryptoniano y usar mis poderes sin sentirme mal por ello?

Superman no está exento de sufrimiento, ya que la herencia  que recibe de ambos padres (Jonathan Kent y Jor- El de Krypton) y la necesidad e apego a la humanidad, le cargan los hombros de tremendas responsabilidades, las cuales a veces incluso entran en conflicto. Su omnipotencia, creer que puede hacerlo todo, se mezcla con su alto sentido de la responsabilidad y con el sentimiento narcisista (pero no por eso no realista) de ser el único capaz de solucionar los problemas más amenazantes. En todas las versiones de su historia nunca llega a tiempo de salvar a su padre en la tierra de un ataque al corazón o un acontecimiento que escapa al control sus poderes. 

Ha sentido que su necesidad de ser uno más entre nosotros y mantener relaciones con sus seres queridos, ha puesto a estos en peligro. Ha tenido que decidir a quien salva y a quien no, quien vive y quien muere… ya que a pesar de todos sus poderes no ve mas allá de sus propias decisiones, como cualquiera de nosotros, está limitado por el espacio y el tiempo (compárese en este sentido con el Dr. Manhattan de Wachtmen), tiene que decidir y arriesgarse a tomar la decisión correcta o no… En ese sentido y como ya fueran Hércules y otros héroes mitológicos Superman mas que un dios, es un semidiós, es un ser que tiene los poderes de un dios pero está limitado por sus emociones, por su humanidad y por su necesidad de pertenencia a esta… en ese sentido podríamos decir que Superman es “un dios con pies de barro”, o un tipo que tiene complejo de dios.

Debido a estos rasgos, el peligro de convertirse en un padre totalitario por nuestra seguridad es una línea muy delgada que en ocasiones ha cruzado, como ya apuntaba, pero no sin encontrar consecuencias dramáticas, ejemplos son cuando quiso acabar con las armas nucleares en la película  “Superman IV”, o con el hambre del mundo en el cómic “Por la Paz”, o cuando pensó en cómo evitarle a la Tierra el destino de Krypton en “Por el mañana”, o cuando en “kingdom´s Come” trato de imponer sus valores y modelo de conducta  a todos los superhéroes del planeta (téngase en cuenta que su compromiso a operar dentro de la ley ha sido un ejemplo para muchos héroes  pero ha creado resentimiento en otros como en Batman o Wonder Woman),pero la máxima expresión de esto sería en el comic de Superman: Hijo Rojo” en donde llega a ser presidente de la U.R.S.S y se convierte en un gran hermano que todo lo ve, todo lo oye, lo sabe todo, no hay accidentes por que él los impide, no hay enfermedades porque las ha curado todas, pero si hay un sinfín de leyes que como resultado dan una pérdida total de las libertades a cambio de una sociedad aséptica en donde nada malo ocurre porque la seguridad es lo primero.

Por eso la moraleja de sus historias siempre nos enseña que no puede hacer las cosas por nosotros, o las cosas que nosotros deberíamos hacer por nosotros mismos, porque eso no funciona, porque así no aprendemos.

La misión más importante que adquirió cuando se enfundo la capa fue la de ser un ejemplo y enseñarnos cual padre, con el ejemplo, enseñarnos que hacer el bien es lo difícil porque supone no dejarnos llevar por la ira, la envidia, el egoísmo, la avaricia, el miedo… y el camino fácil es utilizar estos sentimientos para justificar nuestros actos. Superman al igual que cualquiera de nosotros tiene que enfrentarse continuamente a estas decisiones y es ahí donde se muestra la fuerza de cada persona, en cada oportunidad de elegir el camino fácil o difícil

Superman nos enseña que ni si quiera él está por encima de la ley. La ley es lo que nos hace a todos iguales, aunque no es perfecta. Matar o inmiscuirse en nuestra historia cual dictador supondría ser juez y verdugo, imponer su voluntad por encima de la ley, por encima de la libertad que nos es legitima y que nos hace todos iguales.


Por eso el mayor regalo que puede dar como si de un padre a un hijo se tratara es ser siempre el mayor ejemplo de conducta y ética que podamos conocer. Porque esta siempre ha sido una historia de hijos y de padres… 



Y como ya dijera la profecía Kryptoniana:


“El hijo se convertirá en padre y el padre se convertía en hijo, tú verás el mundo a través de mis ojos y yo lo veré a través de los tuyos”



Dedicado a la memoria de Christopher Reeve quien inmortalizo este personaje para todos nosotros y nos hizo creer que un hombre podía volar.






                                           Alfredo García Gárate.
Psicólogo.




viernes, 23 de noviembre de 2012

BATMAN










“¿Para qué nos caemos Bruce? Para volver a levantarnos”

                                                                                                  Thomas Wayne 



En 1978 (el mismo año que se estrenó la película “Superman”) el artista gráfico americano James O´Barr, bajó a los infiernos en el mismo momento en que un conductor borracho atropelló mortalmente  a su novia. Fue tal el tormento y la rabia sufridos que acabó ingresando en Los Marines. Lejos de mitigar su dolor optó por otras vías para poder sobrevivir y fue así como acabando creando al hijo de su catarsis: El cuervo (cómic que narra la historia de un hombre que vuelve de la muerte para vengar a su novia asesinada)






Ya sea en el plano ficticio o en el real (supuestamente desde el que escribo) los deseos ciegos de justicia siempre han poblado la vida del ser humano.
Para bien o para mal el motor de casi todas las cosas es el amor y sus reversos y uno de estos es la venganza. La “vendetta” amparada por nuestra propia idea de la justicia es algo eterno y seductor. ¿Quién no ha fantaseado con la idea de darle un sopapo al abusón del cole, poner en su sitio al jefecillo maleducado del trabajo o, directamente, “explicar un par de cosas”  al violador pederasta del telediario?


Aunque, ciertamente, la posibilidad de tomar la justicia por tu mano, si bien atractiva, es inviable y peligrosa. El mundo sería un lugar bastante triste a decir verdad. Ser juez, jurado y verdugo no esta al alcance de nadie, resulta un poder que se nos escapa de las manos y, ya se sabe, un gran poder conlleva…
En nuestro mundo no podemos tomar estos caminos, no siempre podemos satisfacer nuestras necesidades y hacer lo que nos pida el cuerpo. Ahora bien, y ¿en el otro mundo, el de la imaginación? Allí sí. La fantasía sencillamente responde al deseo de volar del ser humano.



Por supuesto, hay que vivir en el mundo real. Pero no es nada malo lamerse las heridas de vez en cuando con  un buen libro, un peliculón,  un comic increíble, o cualquier otro pasaporte. La ficción siempre fue eso, nuestro viaje al desahogo.
Y ¿no es acaso la mayor expresión del desahogo poder aliviarte cuando la vida te ha quitado lo que más querías? Diría que para el creador del Cuervo  lo más importante en la historia es su novia, para Edipo su madre, y para un niño de 8 años, no hay nada en el mundo tan grande como sus padres.

Esa es la historia de Bruce Wayne, que en mayo de 1939 comenzaron a contar Bob Kane y Bill Finger en el número 27 de Detective Comics.  Sin duda uno de los mejores “cuentos” que he conocido y que da testimonio de uno de los mayores  dolores de la existencia: enterrar a tus padres siendo niño. 

El duelo (proceso por el que pasamos ante la pérdida de algo amado) es uno de los procesos psicológicos más documentados del planeta. No obstante es, en cierto modo, el gemelo malvado de lo mejor  que tenemos: nuestra capacidad de amar. Dicha capacidad en la literatura científica (y fuera de ella) se conoce como apego y resulta un mecanismo fascinante. Dota de eficiencia biológica a sus portadores (pues así es más fácil sobrevivir en grupo), proporciona una rica seguridad emocional (complejizando el sistema afectivo de sus usuarios) y, metafóricamente, evoluciona entre quienes lo ejercen en un lazo más inquebrantable y resistente que el acero (o que el Adamantio, lo que prefiráis)

Por tanto, el apego que profesa un niño por sus padres es piedra angular de su desarrollo y debe ser correspondido. El psicoanalista inglés John Bowlby defiende que de nuestra relación parental (cómo te relacionabas con tus progenitores) devendrá nuestra capacidad para establecer vínculos en la vida adulta. De esto se desprende que si dicha relación acaba de manera súbita y violenta (ej. acabar viendo como matan a tus padres siendo un crio), la perdida será tan traumática que puede que el día de mañana tu visión de la vida no sea nada convencional.

No pretendo afirmar que semejante desgracia te acabe convirtiendo en un enmascarado, pero el duelo por el que pasará la víctima tendrá, probablemente, tintes patológicos y la necesidad de justicia en ese huérfano quizá será inabarcable. Infinita.
Batman, el caballero oscuro, solo es eso: la respuesta de un niño que nunca superó la muerte de sus padres. Pero en honor a la verdad es mucho más. Representa los instintos bio-psicológicos más universales de las personas: el de supervivencia, el del afecto, el del miedo y sobre todo, el de superación. Nos recuerda, desde el mundo ficticio de Gotham City,  que el ser humano no tiene qué estar dominado por sus demonios.

No puedo imaginar nada más real.


                                                                                                                        



BOB y BILLY








                                              Guillermo Blázquez.
Psicólogo.